Regreso a ‘Brazil’ (y en 4K)
Hace más de una década, ante mi inminente traslado a Nueva York, me tuve que plantear un serio problema: ¿qué hacer con mi extensa colección de DVDs? Extensa es poco. Hablo de decenas, si no centenares, de películas que guardaba en unos prácticos estantes de IKEA (la Billy no, que siempre la detesté). Mi equipaje consistía en una mochila y una sola maleta, sin espacio para extras. Así que amontoné los discos en varias cajas y se las encasqueté a una amiga con mi misma adicción. Hasta mi regreso, pensé.
Mi minimalista vida en mi nueva ciudad y mis funestas finanzas frenaron mis ansias de retomar la colección, pero, como es el consumismo, finalmente caí en la secta del 4K. Más allá de un sello más para vender productos viejos, en la mayoría de casos se trata de un largo y caro proceso para lograr una mayor calidad de películas recientes y antiguas que parecen acabadas de estrenadas. Mi objetivo era recopilar sólo aquellos títulos esenciales en mi vida. Empecé con clásicos como ‘Vértigo’ y ‘La edad de la inocencia’ para seguir con los Batman de Tim Burton y Christopher Nolan. ‘Brazil’ es otra de las películas que considero imprescindibles y compré el Blu-ray de Criterion después de abandonar el DVD durante la mudanza.
Vi esta alocada fantasía distópica de Terry Gilliam en mis tiempos en la facultad, en los que ansiaba recuperar el buen cine que me había perdido. La Filmoteca y los cines Méliès eran campo base para nuestro grupo de nerds cinéfilos. Era la tercera película como director de Gilliam a quien conocía de los Monty Python, pero ‘Brazil’ me llegó después de haber admirado dos de sus películas posteriores: ‘El rey pescador’ (1992) y ‘12 monos’ (1995), dos títulos que, con el tiempo, he añadido a mi nueva colección. Así que conocía el poder visual del director y su capacidad para narrar buenas historias.
La cara de chicle de Katherine Helmond, probablemente la escena más conocida de ‘Brazil’
Regreso a ‘Brazil’, con estas líneas, porque Criterion sacó, hace unas semanas, una nueva edición en 4k (no, no la tengo en el estante todavía) supervisada por Gilliam para respetar su visión al milímetro. Lo mejor del caso, y a diferencia de muchas ediciones similares, es que la película llega también a los cines donde la copia luce como nueva.
Asistí a un pase para prensa en Film Forum de la copia 4K que ya se pudo ver en el festival de Bolonia Il Cinema Ritrovato. Y me sigue sorprendiendo lo bien que aguanta el paso del tiempo.
En contra de la opinion de los productores, Jonathan Pryce es Sam Lowry
Por si lo has olvidado, ‘Brazil’ transcurre en un futuro cercano (más ahora que cuando se estrenó en 1985) y describe un mundo burocratizado e hipervigilado en el que un funcionario del gobierno totalitario tiene sueños sobre una mujer a quien acaba conociendo en la realidad. La película aborda temas de la opresión de los gobiernos; la asfixia y sumisión de los individuos; la lucha, incluso violenta, por un mundo mejor; el poder desmedido de la tecnología; el abismo social. Temas que, si estás pendiente de las noticias, suenan mucho a nuestro presente.
Así que redescubrir esta película, aunque la vea regularmente, tiene la grata sorpresa de su vigencia. La gran resolución de la nueva copia contribuye a ese toque más actual aunque su estética sea puramente ochentera y su imagen sea tan nítida que aparecen algunas de sus imperfecciones de las lentes o cables del héroe de alas. No importa.
Kim Greist, en la realidad de ‘Brazil’ y en sus sueños
Además de la fascinación por su fuerza visual, quizá el elemento que me llevé de mi primer pase, años atrás, fue la banda sonora de Michael Kamen. El CD de la banda sonora, que también dejé en Barcelona, estará rayado de las vueltas que dio en mi reproductor. Lamentablemente es un título que aparece y desaparece, por arte de magia, en Spotify. Kamen utilizó una de las canciones brasileñas más famosas del país, ‘Aquarela do Brasil’, para reforzar la imagen de un paraíso dentro del mundo gris que plantea la película. Escuchar esa melodía, al inicio de la película, siempre me pone la piel de gallina.
El director Terry Gilliam en un momento del rodaje de ‘Brazil”
No hace falta decir que la copia que se estrena, tanto en cine como en DVD, es la original de 142 minutos. Universal estrenó, en los Estados Unidos, una versión más corta y con un final feliz. Este corte estaba incluido en la primera edición que me compré. Esté donde esté. Además, Film Forum combina los pases digitales en 4K con la película original en 35mm.
Al salir del cine se ha apoderado de mí la nostalgia y eso me ha empujado a escribir estos breves párrafos sobre una de las buenas películas de la historia del cine y recordar esas cajas repletas de DVD que son, para mí, puro oro.