‘Muerte en la familia Murdaugh’, un true crime que va más allá

‘Muerte en la familia Murdaugh’, (‘Murdaugh: Death in the Family’, en inglés) es el true crime de nuestros tiempos. Confieso que no me gusta el género o no es algo que busque intencionadamente. No suele aportarme nada más allá del morbo de ver recreados los, habitualmente, sangrientos hechos reales. Pero con los Murdaugh me pasó algo diferente.

La familia Murdaugh televisiva (¿te has fijado en las manos de Jason Clarke?)

Antes de nada, entré en esta familia desde cero. La serie se centra en el asesinato de Maggie y Paul Murdaugh que tuvo lugar en el estado de Carolina del Sur, en 2021. Periodista como soy, siempre metiendo mis narices en los titulares, el caso me pasó completamente por alto. Tal es mi interés por las historias truculentas. Así que me presenté en el pase del primer episodio, en las oficinas centrales de Disney, en Nueva York, sin tener ni idea del mundo en el que iba a entrometerme.

El texto que sigue lleva varios spoilers. No por mi culpa sino por la conversación virtual que mantuvieron Patricia Arquette y Jason Clarke después del pase para analizar la serie. De todas formas no creo que conocer el desenlace reste misterio a la trama.

En todo caso, el primer episodio arranca ya con los cuerpos de Maggie y Paul en el suelo y el padre de la familia, Alex, llorando desconsoladamente ante ese trágico descubrimiento. Habrá que esperar hasta los últimos minutos del último episodio para ver la recreación del asesinato que sigue, aún hoy día, con varios misterios sin resolver. Lo interesante del arranque es que establece unas relaciones familiares oxidadas y centradas en un entorno basado en el privilegio y el poder.

Patricia Arquette y Jason Clarke están extraordinarios en la serie

Mi problema inicial, después del pase, es que no encontré a ningún personaje que me despertara empatía. Alex es un abogado que se aprovecha de sus clientes, sus hijos son unos niñatos consentidos y la inacción de la mujer sólo alienta estos comportamientos abusivos. Arquette, que además de protagonista es productora de la serie, admite esta dependencia. “Se conocieron en la universidad y él fue su primer amor. Ella se sintió condicionada por su entorno para cuidar de su familia y dejar todas sus ambiciones personales a un lado. En buena parte él le hacía creer cosas que no eran reales.” Arquette se abre a hablar de su propia experiencia con un padre alcohólico que abandonó el hogar pero que se hacía amar para demostrar vivir esas dos realidades de una misma persona.

Cuando decía que se trata de una serie de nuestros tiempos lo digo en el sentido de que nos encontramos en un momento en el que este tipo de comportamientos no sólo se aplauden sino que parecen alentados. El protagonista es alguien de buena familia, nacido entre dinero, que aprovecha su estatus para doblar la verdad y lograr un objetivo egoísta, pisando incluso a su familia. Uno de sus lemas favoritos es que la verdad depende de lo que la gente se crea de lo que dices. Es el encanto que algunos encontrarán en él (yo no) y la fortuna de estar en la cima de la sociedad lo que le lleva tan lejos porqué está convencido que nada ni nadie le hará rendir cuentas. Creo que esto resuena mucho en el mundo actual.

Clarke y Johnny Berchtold interpretan a padre e hijo

Lo que me hizo apreciar la serie más allá de unos personajes ciertamente odiosos es que ponga en relieve toda su complejidad y denuncie los abusos que se cometen desde la arrogancia y el desprecio por todo el mundo ajeno a su estatus. Clarke, que también produce la serie, define así su papel. “Intenté encontrar una forma de mostrar su amor pero teniendo en cuenta que no es un tipo convencional. Tiene una elevada opinión de sí mismo, es narcisista y avaricioso. Ese es el instrumento que utiliza para ser amado y respetado. Deseo que los espectadores vean más allá de todo esto para ver la implosión de una familia y cómo un hombre es capaz de llegar a tanta violencia contra los seres a los que ama.”

Brittany Snow interpreta a Mandy Matney, la periodista que siguió la pista del caso en un podcast de éxito

Los asesinatos de los Murdaugh han sido fuente de fascinación desde que ocurrieron. Se han realizado varios documentales en Netflix y HBO y también existe una saga de podcasts de la periodista Mandy Matney que es el germen de esta nueva serie creada por Michael D. Fuller y Erin Lee Carr. La producción es excelente y también lo es todo el reparto, no importa la extensión de su papel. Arquette y Clarke están magníficos y se transformaron físicamente para sus interpretaciones. Los dos tienen los ojos claros pero llevaban lentillas oscuras, como las pupilas del matrimonio que interpretan, que, según explica Arquette, les daba la sensación de ir con gafas de sol todo el rato. Clarke también se ganó unos buenos kilos para recrear la figura de Alex, conocido por beber y comer como si no hubiera un mañana.

A diferencia de otras series de true crime que se recrean más en los momentos más escabrosos y truculentos de los crímenes, ‘Muerte en la familia Murdaugh’ sorprende por su capacidad de indagar más allá y establecer unas relaciones familiares que arrastran a todos a la tragedia.

Trailer de ‘Muerte en la familia Murdaugh’ disponible en Disney+

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